lunes, 28 de enero de 2013

1.4. Estética, lenguaje y literatura.


La estética del Renacimiento es clasicista, se da mucha importancia al equilibrio, la serenidad, a la armonía y a lo natural. Recoge la idea de Aristóteles, en las obras artísticas reflejan lo que la realidad tiene de bello. El arte renacentista tiene una finalidad estética ya que aspira a la belleza.

De los clásicos no hay solo Aristóteles, también está presente la visión del mundo de Platón. Según él, denominado platonismo, la belleza es un reflejo apagado de la belleza suprema, que únicamente se encuentra en el mundo de las ideas. La contemplación de cualquier rasgo de belleza mejora al ser humano elevándolo y acercándolo a la divinidad. Esta es la base del amor que recoge Petrarca y que está presente en toda la lírica renacentista.

Este cambio representa la desaparición del didactismo moral, ya que no pretende transmitir lecciones morales o sociales.

Haciendo referencia a la lengua y literatura, el modelo de lenguaje renacentista aspira a la elegancia y la naturalidad. El esteticismo se explica por la gran admiración por la cultura grecolatina, el platonismo y la imitación de los escritores griegos y latinos, que se toman como modelos. Se refleja en los temas (mitología, naturaleza, amor) y en las formas (se revitalizan géneros clásicos como; églogas y las epístolas).

En la lengua renacentista la palabra sencillez va unido al concepto de distinción o elegancia. Los modelos de estilo son los escritores clásicos: la frase amplia y equilibrada, el uso del epíteto y el léxico culto.
En la literatura renacentista de la primera mitad del siglo XVI, la admiración por la cultura grecolatina se muestra en la incorporación de temas paganos y en el esteticismo. En la segunda mitad es relevante el tono moral, la búsqueda de la espiritualidad.

En conclusión, la literatura renacentista es muy diferente de la anterior y la renovación es evidente en los temas, las formas y los géneros.

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